Asesinatos, ataques con drones y desplazamientos masivos han empujado a Colombia de regreso a sus ritmos más oscuros. Los sueños de una “paz total” hoy chocan con grupos armados en expansión, un Estado que pierde terreno y una política que se fragmenta hacia otra temporada electoral inflamable.

Ecos a través de las décadas

Los titulares de Colombia comienzan a parecer sombríos retrocesos. El asesinato del senador conservador Miguel Uribe Turbay, justo cuando lanzaba su campaña presidencial, evocó de forma inquietante 1989, cuando los capos del narcotráfico convertían las candidaturas políticas en sentencias de muerte. Poco después, un carro bomba frente a una base aérea y un ataque con dron que derribó un helicóptero Black Hawk dejaron 19 muertos. Para los colombianos lo bastante mayores

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