Todo comenzó con una chaqueta.
Giorgio Armani retorció y magulló la angulosa prenda -arrancando el relleno, ajustando proporciones, moviendo los botones- hasta transformarla en algo flexible como un cárdigan, ligero como una camisa.
"Eliminar toda rigidez de la prenda y descubrir una naturalidad inesperada", dijo él mismo años después. "Fue el punto de partida de todo lo que vino después".
Su reinvención de la chaqueta en los años 70 -un estudio de la despreocupación- se convirtió en su declaración de intenciones como diseñador de moda.
Para Armani, la elegancia significaba sencillez, un principio que aplicó con éxito durante cinco décadas, creando trajes minimalistas de gran venta y consolidando su marca como un conglomerado de alta costura, prêt-à-porter, perfumes e interiores para e