Lo que debía ser una celebración se convirtió en una pesadilla en apenas un cuarto de hora. En Zonguldak, Turquía, un yate de lujo de 24 metros de eslora , bautizado “Dolce Vento” y valuado en más de 40 millones de liras turcas (equivalentes a unos 1.322 millones de pesos argentinos ), se hundió frente a la mirada atónita de quienes estaban en la costa.
El flamante barco había zarpado en lo que sería su viaje inaugural, pero a los 15 minutos comenzó a presentar un severo problema de estabilidad que lo llevó a escorarse de manera alarmante. A bordo se encontraban el propietario de la nave, el capitán y dos tripulantes.
Cuando la embarcación quedó prácticamente ladeada sobre el agua, los cuatro optaron por lanzarse al mar. La rápida intervención de equipos de rescate evitó que la