El Gobierno de Keir Starmer sufrió ayer un gran movimiento sísmico tras la dimisión de su número dos, Angela Rayner, una de las figuras más potentes de la izquierda laborista. La que hasta ayer era viceprimera ministra, responsable de Vivienda y vicepresidenta de la formación, presentó su renuncia por una polémica sobre su situación fiscal . Su salida crea ahora una guerra civil entre las filas, acentuando la gran crisis que atraviesa . Tras un año en Downing Street, su popularidad no remonta y el populista Nigel Farage, líder de Reform UK, le va tomando cada vez más terreno con un discurso de extrema derecha con el que culpa a la inmigración de todos los problemas económicos.

Rayner era una figura clave para Starmer como mediadora del ala izquierda del partido , equilibrando sus

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