En un oficio tan esencial como a menudo subestimado, Armando Reyes se ha forjado una carrera de más de 25 años. Destapando cañerías, tanquillas y desagües, este plomero barquisimetano ha convertido la necesidad de resolver problemas ajenos en una vocación que lo define por su seriedad, responsabilidad y un trato humano que lo diferencia.

Armando confiesa que su camino en la plomería empezó casi por casualidad. Observando a un maestro, se sintió atraído por el oficio. «Uno se va desarrollando viendo al maestro, a medida que el lo va haciendo uno va aprendiendo» , relata. Fue la oportunidad de trabajar en un apartamento, instalando tuberías completas, lo que le permitió afianzar sus conocimientos y descubrir un talento que hoy es su sustento.

Su primer gran reto fue poner a funcionar u

See Full Page