Un hombre, en Manizales, se interesó en la moto Yamaha 115 modelo 2013 que tenía su amiga. Por eso ofreció comprarla.

Ella, confiada e n la amistad que existía, se la entregó para que la fuera pagando en cuotas.

Pero nunca le abonó dinero y lo que hizo fue vender el vehículo, sin que ella supiera. Cuando la joven consultó el estado de su automotor, se encontró con la sorpresa de que estaba a nombre de otra mujer, por lo que no la dejaron cancelar la matrícula .

Supuestamente ella firmó un poder para un traspaso, pero nunca lo hizo. Eso lo verificó la Fiscalía a través de un grafólogo. "No conozco a la compradora y ella no me conoce a mí", explicó la afectada.

Ahora son dos las víctimas: la real dueña de la moto y la que, al parecer de buena fe, la adquirió. Por eso ante un juez de

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