En las tierras bajas pantanosas de la costa del Golfo de México, Pemex bombea agua a alta presión, productos químicos y arena al suelo para fracturar rocas impregnadas de gas natural, tan duras que no ceden a la perforación tradicional.
En la mayor parte del mundo, esta técnica se conoce como fracking. Pero en México, donde la práctica sigue siendo muy controvertida, Pemex le da un nombre diferente: "estimulación de depósitos geológicos complejos".
Sea cual sea su nombre, Pemex lo ha estado practicando discretamente en Veracruz, Nuevo León y otros estados de México durante al menos una década.
Ahora, los ejecutivos de Pemex evalúan cómo extender su uso a los yacimientos de shale, en su mayoría sin explotar, del país, con el objetivo de reactivar la producción y a la petrolera estatal en