Cada septiembre, estudiantes de todas las edades, desde infantil hasta los estudios postobligatorios, se reencuentran con compañeros, rutinas y libros. Es un momento clave para el desarrollo mental, emocional y social. Volver al centro educativo va mucho más allá de aprender nuevos conceptos: es un "reinicio" cognitivo y emocional que alimenta al cerebro y refuerza la identidad. Una investigación reciente, liderada por los neuropsicólogos Bruce McCandliss y Jason Yeatman, de la Universidad de Stanford (EE.UU.), y publicada en Developmental Cognitive Neuroscience , subraya esta relevancia desde una perspectiva neurofisiológica.

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