María Alejandra Rubio no ha visto a su hijo en cinco meses. Fueron separados en Estados Unidos cuando fue detenida para ser deportada a su natal Venezuela y el menor fue enviado a vivir con un amigo de la familia.

Rubio dice que las autoridades estadounidenses de inmigración le hicieron creer que abordaría un avión a Venezuela con Anyerson, su hijo de ocho años. Pero el mes pasado, cuando hizo el viaje de varias horas, lo hizo sin él.

Con el corazón roto, Rubio ahora forma parte de un grupo de madres y abuelas venezolanas que apelan a la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, para que las ayude a ver a sus hijos y nietos nuevamente. Las integrantes del grupo, respaldadas por el gobierno de Venezuela, dicen que, el mes pasado, enviaron una carta a Trump solicitando su ayuda.

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