El auge del emprendimiento juvenil en el Perú ha sido presentado en ocasiones como un signo positivo de dinamismo económico. Sin embargo, detrás de esta narrativa optimista se esconde una realidad más compleja: la elevada tasa de desempleo y la falta de opciones de empleo formal que enfrentan los jóvenes.
Ante la ausencia de oportunidades estables, muchos optan por generar sus propios ingresos a través de pequeños negocios o iniciativas independientes, un camino que, aunque refleja resiliencia, también es una respuesta forzada a la precariedad del mercado laboral.
De acuerdo con un estudio de la plataforma digital Alegra.com, el 54,3 % de los emprendedores peruanos tiene entre 18 y 35 años , una proporción que supera en más de 14 puntos el promedio regional.
En los últimos cuat