Eran alrededor de las 9 de la mañana del jueves. Como cualquier otro día, decenas de personas trabajaban en la fábrica Nutrition Bar Confectioners, ubicada en Cato, Nueva York, el escenario más reciente de una redada de inmigración. La normalidad se quebró cuando algunos empleados se asomaron por la ventana y observaron agentes migratorios.

“Rodearon la compañía, toda la gente se espantó, les dio miedo, y nosotros nos quedamos ahí, no nos quisimos mover”, relata a CNN un residente legal estadounidense originario de Guatemala que se encontraba trabajando en la fábrica y que pidió no ser identificado con su nombre por temor a represalias a pesar de tener documentos.

El miedo fue mucho mayor poco después. Se escucharon gritos por la llegada de los agentes, algunas personas lloraban, “especi

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