La apertura del nuevo año judicial, celebrada ayer en la sede del Tribunal Supremo, pasará a los anales de la judicatura española por una serie de factores excepcionales, que la hicieron particularmente tensa. El primero de ellos fue que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, participó en el acto, donde leyó, como establece la ley orgánica del Poder Judicial, la memoria anual de su departamento, pese a estar imputado por un presunto delito de revelación de secretos que se juzgará, precisamente, en el Supremo. El segundo fue que el jefe de la oposición, el popular Alberto Núñez Feijóo, decidió no acudir al acto en protesta por la presencia de García Ortiz, pese a que el Rey presidía la reunión. El tercero, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, manifestara el pasado lune
Una crispada apertura del año judicial, por Editorial

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