La reforma tributaria que el Gobierno argentino planea presentar a fin de año, para ser analizada durante 2026 conforme al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), enfrenta un debate clave sobre la rapidez con la que debería implementarse.
Históricamente, los procesos graduales en materia tributaria han demostrado ser ineficaces. Un claro ejemplo es el Impuesto a los Ingresos Brutos, que, si se hubiera respetado el pacto fiscal firmado en 2017, no debería estar vigente en las provincias desde 2023. Sin embargo, a pesar del compromiso de todos los gobernadores para eliminar este impuesto, considerado el más distorsivo, las alícuotas se incrementaron poco tiempo después.
En ese contexto, Osvaldo Giordano, presidente del Instituto de Investigaciones Económicas para la Realidad Ar