La secuencia de estrategia no ofrece dudas. Primero se lanza el órdago acusador contra los jueces, después llega la apertura del año judicial que vivimos ayer viernes presidida por el Rey y absolutamente condicionada ya por ese calculado órdago, después –y lo veremos a partir de hoy sábado– se alimenta el falso mantra de que en la calle, ya saben, en el metro y la cola del pan «hay debate» sobre la existencia de jueces que no hacen su trabajo por estar entregados a contubernios políticos contra el presidente del Gobierno y su entorno, una burda manera de inventarse como en otras cuestiones demoscopias inexistentes de esas de «la gente opina». Al final llegaría una siguiente fase que es la demolición del actual sistema judicial dando pie con el apoyo del independentismo y la extrema izquier
Justicia y «debate social»

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