El Pacto Histórico, coalición de partidos y movimientos de izquierda que llevó a Gustavo Petro a la presidencia, atraviesa un momento de alta tensión política.
A pocos meses de las elecciones regionales y legislativas, el bloque enfrenta presiones externas e internas que han generado un ambiente de incertidumbre y fragmentación.
Por un lado, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha bloqueado decisiones claves de la coalición, relacionadas con la inscripción de candidatos y la validación de listas, lo que algunos sectores del movimiento interpretan como un intento de limitar su participación y debilitar su capacidad de competir.
Desde la dirigencia del Pacto se ha denunciado que estas trabas constituyen una “persecución institucional” contra las fuerzas progresistas.
En el plano interno,