Por Misael Ulloa
El pasado 1 de septiembre, una tormenta repentina cayó sobre Tepic con la fuerza de lo inesperado; no fue el aguacero más largo ni el más devastador en la memoria de la ciudad, pero descargó tal volumen de agua en cuestión de minutos que las calles se convirtieron en ríos, arrastrando consigo no solo lodo y escombros, sino también una vida que permanece envuelta en el misterio.
En la colonia Zapata de Tepic, sobre la calle Morelos entre Josefa y V. Carranza, vecinos descubrieron el cuerpo de un hombre joven atorado bajo una camioneta. El torrente lo había arrastrado mientras conducía una motocicleta Honda tipo cargo hasta sumergirlo en un final inesperado. Los reportes señalan que la lluvia lo sorprendió en tránsito y que nada pudo hacer para escapar de la fuerza del ag