Cuatro meses después de que Milei anunciara que había llegado "la hora del crecimiento", con la inflación que ya tenía "fecha de defunción", la realidad se presenta invertida. La inflación va para arriba, igual que el dólar, las tasas, los encajes y el riesgo país. La producción, el crédito y el consumo se sumergen en recesión. Y el Gobierno avisa que el programa no resiste una derrota electoral.

Desde mediados de julio, los préstamos a las empresas caen -6,6 por ciento en términos reales. La actividad económica enfila derecho a la recesión . La industria, la construcción, el comercio, el turismo interno y la mayoría de las actividades lo padecen. Aumenta la mora con los bancos, especialmente de las familias. Se encarece el crédito, con las tasas de interés en niveles record, causando

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