El campeón del mundo empezó aquí su espinosa trayectoria con Aprilia un día después de bajarse de la Ducati, un reto complicado en el que ahora vuelve a creer

Cuando Jorge Martín se subió a la Aprilia por primera vez quedó bastante satisfecho. En algunos aspectos, su nueva máquina le gustó incluso más que su antigua Ducat i. Tenía claro, sin embargo, el reto que había por delante. “Hay mucho trabajo por hacer”, confesó a su núcleo duro en este mismo escenario nada más bajarse de la RS-GP de los italianos. Ni él ni nadie llegaron a imaginar cuánto. Diez meses después del mejor día de su vida, cuando se coronó campeón del mundo en el Circuit de Barcelona-Catalunya en el GP Solidario de 2024, el número uno de la categoría reina apenas vuelve a empezar de nuevo.

“Es guay recordar ese día.

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