Un grupo de docentes de la Facultad de Odontología de la UBA incorporó al servicio de atención al público un nuevo tipo de sedación consciente. Con esta opción médica que anestesia y tranquiliza en forma segura, lograron mejorar muchísimo la calidad de la atención a una gran categoría de pacientes.
¿Cuáles? Por ejemplo, personas con alguna discapacidad motora o cognitiva, síndrome de Down o algún TEA. Incluso ciertos casos de Alzheimer.
Según los expertos en odontología, su especialidad cuenta con una herramienta esencial para trabajar sin “torturar” a los pacientes: la anestesia que —usualmente— implica dar una inyección en alguna parte de la boca. Esa incomodidad, que dura unos segundos, minimiza el dolor en forma local y le permite al odontólogo llevar a cabo tratamientos importantes