Ante todo, no hay un todo. Y esto no es relativismo. Me refiero a las divisiones, las fronteras, las separaciones. Dicotomías, antinomias. Divisoria de aguas, bajadas de líneas (y las subidas, ¿para cuándo?); vereda de enfrente, agua y aceite… Demasiadas metáforas para separar lo que a veces es indiscernible, aquello que forma parte de lo mismo, o parte de lo que se cree ajeno. ¿Acaso la identidad es una oposición? ¿A eso nos reducimos, a no ser más que repudiando? Acaban de lanzar una campaña del “limpiador desinfectante anti kirchnerista, que mata el 100% de kukarachas”. ¡Qué humor berreta! ¡Inconsistente! ¿A dónde apunta? ¿A destruir para quedarse solos? Cuando la diferencia no estimula más que la aniquilación, estamos en peligro. No hay Boca sin River, peronismo sin gorilas.
En el ter