Cuando abrieron hace dos años la pescadería, enseguida se dieron cuenta de que el local tenía mucho más potencial, y ahora se ha convertido en uno de los restaurantes más singulares de Asturias. Si vas a mediodía convivirás con un mostrador repleto de pescados y mariscos al que acuden a comprar los vecinos de Luanco. Tiene la gran ventaja de que el producto siempre está fresco, que hoy en día es mucho decir. El matrimonio propietario gestiona cocina y sala, con la ayuda de un prometedor hijo que el año que viene comenzará a estudiar hostelería y que ya se muestra omnipresente y con muchas ganas. Comenzamos con una tortilla de bacalao muy jugosa y sabrosa y un tomate pelado que estaba bueno.
Ese día había lubina, sargo, bogavante, quisquilla, un enorme chicharrón, virrey, besugo, rodaballo