Los muebles de la abuela vuelven a tomar protagonismo y esta vez no solo como objetos con historia, sino como auténticos protagonistas en la decoración moderna. Lo que antes se consideraba pasado de moda hoy se reivindica por su autenticidad, durabilidad y capacidad de aportar carácter único a cualquier espacio. En tiempos donde la decoración rápida y desechable domina, estas piezas se convierten en un secreto bien guardado, ya que son elegantes, están cargadas de memorias y tienen un estilo que no se puede replicar.
Para expertos en el tema, más allá de la estética , los muebles heredados contienen recuerdos y la impronta de generaciones pasadas. Mantener un aparador, una cómoda o un sillón de la familia no solo agrega calidez al hogar, sino que refuerza la identidad del espacio. L