Señor director:
Chile enfrenta una emergencia social que no es parte del debate público. En menos de 4 años se ha duplicado el número de niños, niñas y adolescentes que ingresan al sistema de protección. Esta demanda genera listas de espera que suman miles y tiene un efecto aún más dramático: cientos de jóvenes son expulsados de las residencias al cumplir 18 años, cuando no cursan estudios ni tienen redes que les permitan enfrentar la vida adulta.
No es difícil imaginar lo que ocurre en este escenario. La probabilidad de que caigan en redes delictuales y del narco es real, porque son una vía para evitar la explotación sexual y la situación de calle. Esto no es una suposición. En las hospederías del Hogar de Cristo crece el número de jóvenes egresados del sistema que llegan solicitando un