Un error bastante común de los economistas al analizar “variables” es ponderarlas por separado. Así, el gobierno tendría un éxito remarcable con las “variables” inflación y fiscalidad, aunque dificultades con el balance comercial, un tema serio con las tasas, una situación controlada con el tipo de cambio y una preocupación no muy relevante con la deuda. Pareciera que se trata solo de encarrilar una “variable” fuera de lugar, algo razonablemente sencillo teniendo en cuenta que todo reposa sobre el sólido terreno de la tendencia descendente de la curva de precios, del superávit fiscal, del acuerdo con el FMI y el apoyo yanqui. Pues bien, lo que hay que valorar, es el conjunto y, sobre todo, las relaciones entre las “variables”. Carece de importancia si la inflación baja o no, sino cuál es l
La represión de la inflación

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