En las redes sociales, Chris Watts proyectaba el ideal de padre y esposo. Sonrisas familiares, juegos en el jardín y celebraciones de cumpleaños llenaban los perfiles de su esposa, Shanann , quien lo llamaba “el mejor marido” y “un padre increíble”. Sus hijas, Bella de 4 años y Celeste de 3 , completaban un cuadro perfecto de felicidad y armonía en su hogar de Frederick, Colorado . Nadie, ni siquiera los más cercanos, sospechaba que la imagen cuidadosamente construida ocultaba una pesadilla.
Sin embargo, todo cambió en cuestión de días. Lo que empezó como la desesperada búsqueda de una familia desaparecida terminó convertido en uno de los crímenes más atroces que recuerda la ciudad, atrayendo una ola de atención internacional y conmocionando a la opinión pública. Según publi