Un joven fue arrestado en Mar del Plata por difundir mensajes antisemitas y alentar atentados terroristas de Hamás en redes sociales. La detención se produjo tras una alerta del FBI, que identificó publicaciones en la plataforma X donde el sospechoso celebraba los ataques de la organización islamista y llamaba a replicarlos.

El Agregado Jurídico del FBI en Buenos Aires notificó a las autoridades argentinas, lo que llevó a la intervención de la Justicia Federal. El Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N.º 1 de Mar del Plata, bajo la dirección del juez Santiago Inchausti, instruyó al Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista de la Policía Federal para que iniciara la investigación.

Los investigadores realizaron ciberpatrullaje y análisis de huellas digitales, lo que permitió localizar el domicilio del acusado en la Costa Atlántica. El perfil del sospechoso se caracterizaba por mensajes que apoyaban la violencia armada y difundían odio contra la comunidad judía.

Durante el allanamiento, se incautaron tres notebooks, una computadora de escritorio, dos tablets, dos pendrives y un teléfono celular. Los peritajes en estos dispositivos buscarán determinar el alcance de las comunicaciones del joven y si mantenía contacto con otros extremistas.

El detenido fue imputado por el delito de "intimidación pública" y permanecerá en prisión mientras se analizan las pruebas. Las autoridades judiciales subrayaron que estas conductas, aunque ocurran en el ámbito virtual, representan amenazas graves para la seguridad pública, ya que fomentan delitos de odio y terrorismo.

Además, se destacó la cooperación internacional que permitió la detección del sospechoso, en el marco de una colaboración entre el FBI y la Justicia argentina en investigaciones sobre extremismo violento. Este tipo de hechos son especialmente sensibles en un país que ha sufrido atentados terroristas en el pasado y que mantiene protocolos de cooperación activa en la materia.

La detención se produce en un contexto global de creciente preocupación por la difusión de mensajes de odio y la radicalización en plataformas digitales, donde las redes sociales se han convertido en un terreno fértil para la propaganda extremista.