Esta madre y cuidadora 24/7, expone la urgencia de crear residencias y centros de día para jóvenes con autismo severo en Magallanes, espacios que aseguren apoyo profesional, cariño y respiro para las familias cuidadoras.

Silvia Leiva Elgueta

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L a vida de Paula González Caro (50), gira en torno a los cuidados de su hijo Amos, un joven de 18 años diagnosticado con autismo severo y es no verbal. Madre de cuatro hijos, hoy su rutina está marcada por una dedicación absoluta: “Soy cuidadora 24/7, porque mi hijo depende de mí para todo”, relata con la voz entre firme y cansada.

Su historia comienza con señales tempranas que fueron desestimadas. Cuando su hijo tenía tres meses, Paula advirtió que no reaccionaba como sus hermanos. No fijaba la vista, no seguía movimientos

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