No duda a la hora de concretar la fecha. Sin titubeos. Como si fuera ayer pero han pasado ya treinta años. El 24 de febrero de 1995, el Bar Verdi abrió sus puertas en la calle Grillo. Fue entonces cuando Alipio Hernández decidió tomar el relevo de unos hosteleros que se jubilaban y comenzar una aventura que, tres décadas después, sigue viva. «En este tiempo ha cambiado mucho el bar, igual que he cambiado yo», confiesa entre risas. Su trayectoria es también un reflejo de la evolución de Salamanca y de la propia hostelería de barrio.
La historia del Verdi se puede dividir en etapas muy distintas. Al principio, fue un punto de reunión para los vecinos de la zona, un espacio cercano y familiar. Después llegó la época de los 'litros', con jóvenes que llenaban el local para compartir jarras y d