Vivir en libertad no es solo un privilegio: es una condición esencial para el desarrollo humano pleno. En una sociedad libre, las personas pueden expresar sus pensamientos sin temor a represalias. De igual manera, es posible elegir a los representantes de la comunidad, exigir cuentas a quienes gobiernan, y participar activamente en la construcción del presente y del futuro de la sociedad.
Además, la vida en libertad también trae consigo valores que van más allá de lo material. En una nación libre, las personas pueden amar sin miedo, educar a sus hijos con principios de justicia, y soñar con un mañana mejor. En otras palabras, el estadio de bienestar más elevado que ha alcanzado la sociedad humana en la actualidad.
Una de las mayores ventajas de vivir en libertad, en contraposición a una