La Universidad de Chile enfrenta un grave escándalo tras las denuncias de maltrato hacia niños en sus equipos formativos. Varios padres han decidido retirar a sus hijos del club, alegando que la indolencia de un profesor y la negligencia de la dirección han llevado a sus pequeños a sufrir daños emocionales significativos.
Matías, un niño de nueve años, siempre soñó con ser parte del equipo azul. Ingresó a la institución en octubre de 2024, pero su experiencia se tornó oscura. Su madre, Belén, relata que comenzó a mostrar cambios en su comportamiento, volviéndose temeroso y dudando de sus capacidades. "Me sacaron a Martín del entrenamiento como una excusa, desde el minuto en que nosotros denunciamos el hecho de este maltrato que había por parte de este profesor", explica Belén, refiriéndose a Roberto Arias, el entrenador de arqueros.
Los relatos de humillaciones y gritos son recurrentes. "Le decía que era tonto, estúpido, ridículo", añade la madre. El 12 de julio fue su último entrenamiento, y desde entonces, Matías no quiere saber nada del club que tanto amaba.
Otro caso es el de "Andrés", quien también sufrió en el mismo entorno. Su madre cuenta que, tras ser invitado a entrenar, las sesiones se volvieron irregulares y el trato del profesor fue despectivo. "Roberto no lo dejaba hacer ejercicio o le decía 'ridículo'", menciona. Andrés, que había llegado con ilusión, terminó desmotivado y víctima de bullying por parte de otros niños. Finalmente, decidió abandonar el club.
Un tercer niño, cuyo padre se identifica como "Carlos", también vivió una experiencia similar. Su hijo, que ingresó a la Sub 9, mostró cambios en su conducta y desmotivación. "Siempre discrepé en su forma de entrenar", señala Carlos, quien también se percató de que su hijo no era el mismo. Tras una reunión con los entrenadores, le dieron a elegir entre dejar de asistir o continuar sin garantías de ser convocado.
Los tres casos comparten un patrón: el maltrato por parte de Roberto Arias y la falta de acción por parte de Pablo Ortiz, jefe técnico del ciclo de iniciación. Los padres acusan a Ortiz de negligencia, ya que, a pesar de estar al tanto de las situaciones, no tomó medidas para proteger a los niños. Ortiz, al ser consultado, se limitó a decir que no podía hablar del tema, ya que la declaración oficial debía provenir de la Universidad de Chile.
Los niños ahora entrenan en otros clubes y algunos reciben apoyo psicológico. La situación ha generado un debate sobre la protección de menores en el deporte y la responsabilidad de las instituciones en la formación de jóvenes atletas.