Redacción deportes, 6 sep (EFE).- Diez buenos minutos, los del último cuarto, fueron suficientes para que Alemania derrotara de manera contundente a Portugal por 85-58, un resultado engañoso que no hace justicia con lo que se vio durante la media hora inicial, en la que los germanos sufrieron mucho más de lo previsto.
Sentado ya en el banquillo del equipo alemán su técnico, el español Álex Mumbrú, tras superar una infección, su objetivo era dar continuidad a la excelente imagen ofrecida durante la fase de grupos, en la que no solo consiguió un pleno de victorias, sino que lo hizo con una media de puntos de ventaja de 32,8 y anotando 105,8 de promedio por noche.
El cuadro luso parecía un rival idóneo para mantener esos guarismos, pero para sorpresa de todos anuló los puntos fuertes de Ale