Su estilo directo, sus gritos, sus frases icónicas convirtieron a Laura Bozzo en personaje irrepetible. La amaban o la odiaban, pero nadie podía ignorarla. De hecho, no existe una ciudad en Latinoamérica en la que su popular eslogan “ ¡Qué pase el desgraciado! ” no les haga pensar en la famosa Señorita Laura.
Ese es, quizá, el secreto de su vigencia: detrás del escándalo hay empatía, detrás del temperamento hay ternura.
El éxito, sin embargo, vino acompañado de sombras. Su arresto domiciliario en Perú, que duró tres años y se llevó a cabo en el mismo foro donde grababa, fue un episodio devastador.
El encierro fracturó su vida personal. “Mis hijas sufrieron lo indecible. Fue una pesadilla. Nadie sabe lo que viví ahí dentro, porque siempre trataba de mostrar lo mejor. Esos tres años d