Barcelona Cuando eran pequeños, muchos de ellos tenían miedo a las alturas. No podían subirse a las atracciones de ferias con sus amigos y cuando en una excursión del colegio se subía a la torre de un edificio emblemático, no podían mirar hacia abajo. Ahora escalan los edificios más altos del planeta sin cuerdas.
Jugarse la vida escalando rascacielos: "Cuando lo hago no tengo miedo a nada"

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