En septiembre hay muchos reencuentros. Unos más apetecibles que otros, depende de a quién se le pregunte. La realidad es que esa rentrée recompone, sin pretenderlo, esa espontaneidad e improvisación que siempre caracteriza al verano. Cuando termina agosto y se asoma el otoño, también lo hace una época que a los cacereños les resulta fascinante por excelencia. Puede parecer que todo surge de la inercia de los años porque el esfuerzo que hay detrás nunca se ve, pero detrás de cada sigla hay un arrojo singular, más teniendo en cuenta los tiempos que corren. Se suceden a partir de ahí, e l festival de Blues, el festival Irish Fleadh, Horteralia, Extremúsika, el recién nacido -y bienvenido- Aguas Vivas fest y Amex.
Este último es el que parece encargarse de dar la bienvenida. Siempre, el p