¿De qué hablarán en privado los líderes del mundo cuando aparcan los asuntos de la guerra o la economía y se sientan distendidamente a departir? Sin descartar que hablen de sexo, como hacía Trump en aquella explosiva grabación, o que cuenten chistes verdes, esta semana tuvimos al menos pruebas de que, no sentados, sino andando, cotillean sobre la inmortalidad.
Justo cuando el más bocazas, Donald Trump, acaba de ser noticia por su mala salud y un bulo en EE.UU. llegó a darlo por muerto, paralelamente, a 11.000 kilómetros, en la cumbre de Pekín, camino del desfile del 80º aniversario del final de la II Guerra Mundial, Xi Jinping le dejó caer a Putin, “oye, que hoy a los 70 años eres un niño”. Y la conversación derivó hacia la posibilidad de ser inmortales. Es la primera vez que el subconsci