Coincidieron y fueron retratados. Mientras se tomaban una selfie, otro los fotografiaba.

El enlace partidista, la candidata mayor y el alcalde interino. Los aspirantes de mayor rango y al que les toca remolcar despues.

Los que controlan el volante, el freno y el acelerador. .

A cada uno de ellos se le pidió en Caracas jurar su embeleso con la Revolucion y prometer una entrega ciega como el amor, a la causa del voto.

Aunque competir es importante, .

La verdad solo la sabe Dios, sin embargo, al mirarlos juntos, la imaginación desbocada nos lleva a pensar que esa unión de los tres mosqueteros en la gráfica, tuvo un pasado no muy remoto que alguien vislumbró posible, trabajando para hacerlo realidad.

Un titiritero o titiritera que manejó los hilos del poder y fue colocando cada pieza par

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