El metal precioso supera en rentabilidad a Bolsas y criptomonedas en lo que va de año, y su precio ha marcado máximos históricos esta semana. En tiempos de incertidumbre, su atractivo convence a grandes y pequeños patrimonios

Los buscadores de oro del siglo XXI no tienen que remover agua y tierra ni escarbar demasiado para dar con él: pueden encontrarlo en un local del madrileño barrio Salamanca, en una sucursal de la Diagonal de Barcelona, o en cualquier plataforma de inversión online, por citar solo algunos emplazamientos. Y lo pagan bien caro. O barato, según se mire. Nunca antes la onza de este metal precioso ha costado más que ahora, por encima de la cota de los 3.500 dólares , pero su revalorización no toca techo, y ya hay quien vaticina un futuro aún más deslumbrante, más allá de

See Full Page