El Gobierno venezolano anuncia una gran movilización de reclutas y Washington redobla sus advertencias tras una semana de provocaciones mutuas

Doña Rosita huyó de Colombia hace más de 50 años por la pobreza y la violencia. Llegó a la Caracas de los setenta , una ciudad cosmopolita en la que había muchos más lujos que en su pueblo. Fue como aterrizar en otro planeta. En la capital venezolana circulaban coches de alta gama por las autopistas y la clase media-alta pasaba fines de semana en Miami. En ese tiempo llovían los petrodólares que ingresaba el país por la exportación masiva de crudo.

En 1992 empezó a circular el rumor de que se iba a cometer un golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez, el presidente. Ella fue al supermercado a comprar arroz, lentejas y comida enlatada. Sus vecin

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