Las muletas repican contra el suelo, las ruedas de las sillas recorren los pasillos y los vendajes cubren brazos, piernas y rostros. Cada paciente carga una herida visible: quemaduras, amputaciones, cicatrices recientes. A primera vista, parece un hospital como cualquier otro. Pero no lo es. Estamos en el Hospital de Cirugía Reconstructiva de Amán, Jordania , gestionado por Médicos Sin Fronteras (MSF) . Aquí llegan los heridos de las guerras de Oriente Próximo: desde Gaza hasta Irak, Siria, Líbano, Yemen o Libia. Un refugio donde se reconstruyen no solo cuerpos, sino también vidas destrozadas por la violencia. «El objetivo aquí no es salvar vidas de forma inmediata, sino devolver calidad de vida», explica el director, Roshan Kumarasamy . El hospital nació como complemento a las cirugías de
El milagro de reconstruir el cuerpo y el alma de los heridos en las guerras de Oriente Próximo

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