
El fenómeno de Carlo Acutis y el Jubileo de los Jóvenes celebrado en Roma este verano –con más de un millón de participantes de todo el mundo– está dejando entrever lo que un reciente estudio elaborado por la Universidad Pontifica de la Santa Cruz en Roma confirma. La espiritualidad y el catolicismo está comenzando a ser una tendencia al alza entre los más jóvenes, conocidos como la Generación Z, es decir, los nacidos a finales de la década de 1990 hasta principios de la década de los 2010.
El estudio que verá a la luz el próximo mes de octubre y que adelanta sus conclusiones OKDIARIO, ha sido liderado por esta universidad pontificia referente en el ámbito de la comunicación. Elaborado por investigadores de 8 universidades de todo el mundo, en el que se ha encuestado a casi 5.000 personas de edades comprendidas entre los 18 y 29 años –Argentina, Brasil, Italia, Kenia, México, Filipinas, España y Reino Unido–, desvela que se está experimentando un crecimiento general entorno a practicar la religión.
El director del proyecto Huellas: los jóvenes, la fe y la experiencia religiosa ( Footprints: Young People, Faith, and Religious Experience en inglés), Norberto González, explica a OKDIARIO, alguna de las conclusiones reveladas en este estudio cuyas encuestas han sido elaboradas por GAD3.
Católicos por convicción
«En nuestro continente, la fe está viva y hay una tendencia fuerte de católicos practicantes en las generaciones más jóvenes al tiempo que se está produciendo un proceso de secularización. Los jóvenes son católicos por convicción», expresa.
Además, González advierte que la nueva sociedad demuestra el final del mayo del 69: «Los indicadores sociológicos más recientes muestran que en los países de tradición católica que han sufrido un proceso de descristianización están experimentando un fermento de nuevas generaciones que quiere vivir su fe con autenticidad y profundidad; y se siente libre de los condicionantes culturales». González pone en el centro de este resurgimiento el «florecimiento de la Eucaristía».
«Se está produciendo un renacimiento silencioso en los países cristianos secularizados occidentales: la asistencia a la iglesia y la adhesión nominal al cristianismo han ido disminuyendo durante décadas en Italia, España, Gran Bretaña y Argentina, y en menor medida en México», reseña.
“Si bien el declive ha sido real, ahora sabemos que la tendencia se está invirtiendo. Por ejemplo, en nuestro estudio se observa que casi 1,8 de cada 10 jóvenes creyentes en España acuden diariamente a servicios religiosos o a misa, y 1,6 de cada 10 en Italia», destaca.
«Otros estudios posteriores muestran la misma tendencia hacia una religión vivida de forma más intencionada. Según el estudio de la Sociedad Bíblica realizado por la empresa de sondeos YouGov en Inglaterra y Gales, los cristianos practican su religión de forma más intencionada; más jóvenes están encontrando la fe; más personas leen la Biblia. La Generación Z lidera el aumento de la asistencia a la iglesia. La misma tendencia se ha demostrado en Estados Unidos en una encuesta reciente del Pew Research Center. El declive del cristianismo en Estados Unidos se ha ralentizado y puede haberse estabilizado».
En los últimos cinco años, la espiritualidad entre los jóvenes ha aumentado a nivel mundial, con diferencias notables entre los distintos países. Mientras que el 15% de los encuestados informó de una disminución, el 50 % afirmó haber experimentado un aumento, lo que se traduce en un crecimiento neto del 35%.
Por países
Brasil, Kenia y Filipinas lideraron esta tendencia, con un 57 % de sus jóvenes experimentando un aumento de la espiritualidad, en comparación con sólo un 11-12 %, que informó de una disminución. Todos los demás países, excepto Italia, registraron aumentos netos del 10-32 %. Aunque este estudio se centró en la religión, cuestiona indirectamente la tesis secularizadora comúnmente aceptada a finales de los años sesenta y principios de los setenta, que postula la inevitabilidad de la secularización en las sociedades modernas.
Los países no occidentales (Brasil, Filipinas y Kenia) muestran una fuerte identidad religiosa y un fuerte compromiso con la fe, independientemente de las diferencias entre las denominaciones religiosas presentes en esos países, especialmente en Brasil y Kenia.
«Está sucediendo lo mismo en EEUU. En este país no hay tradición de procesiones, por ejemplo. Sin embargo, el año pasado se produjo una procesión eucarística de 60 días con más de 60.000 personas, desde los cuatro puntos cardinales que convergieron en el centro del país, en Indianápolis. Esto es un fenómeno nuevo, inaudito», señala Norberto.
«Así como la conversión de adultos, recibiendo el sacramento del bautismo. En Francia, por ejemplo, han aumentado un 48% el número de bautizados respecto al año pasado, hasta un total de 10.300 adultos y en torno a 7.400 adolescentes. Y en Gran Bretaña, en el estadio de Wembley Arena, se han reunido 10.000 jóvenes católicos el pasado marzo. Esto también es inaudito. Se trata del mayor evento católico del país, y donde se adoró al Santísimo Sacramento», destaca.
¿Qué más cuestiones revela el estudio?
A pesar de profesar el ateísmo, el 48 % de los no creyentes reza ocasionalmente: el 62 % en momentos de necesidad, el 48 % por gratitud y el 47 % para abordar problemas mundanos. Además, el 42 % cree en la vida después de la muerte y el 37 % pide a los creyentes que recen por ellos. «Estas contradicciones sugieren una disparidad entre las creencias abstractas y las prácticas personales», analiza Gónzalez.
Por su parte, los jóvenes católicos también muestran contradicciones. Aunque muchos asisten a misa, se confiesan y rezan, a menudo rechazan las enseñanzas de la Iglesia sobre la moralidad sexual, prefiriendo confiar únicamente en su conciencia personal. Sus opiniones sobre estas cuestiones se alinean más con las de los no creyentes.
El estudio revela un cambio en la juventud católica hacia un enfoque «protestante» en la interpretación de las Escrituras. Solo el 25 % de los católicos está de acuerdo con la postura de la Iglesia de que la interpretación requiere la Tradición y el Magisterio, en comparación con la creencia protestante en la interpretación personal directa de las Escrituras.
«Este fenómeno puede deberse a una confusión en la redacción de la encuesta o a un cambio genuino de mentalidad. Por ejemplo, afirmaciones como ‘Cualquiera puede leer las Escrituras por sí mismo, sin la mediación de la Iglesia’ y ‘la interpretación de las Escrituras proviene de una tradición, garantizada por el Magisterio de la Iglesia católica’, pueden haber sido poco claras», señala González.
«Sin embargo, es más probable que esto refleje una protestantización más amplia de la juventud católica. Esta tendencia coincide con las preocupaciones planteadas por el papa Benedicto XVI, quien criticó la exégesis histórico-crítica en Jesús de Nazaret, haciendo hincapié en su papel en marginar el Magisterio y difuminar la distinción entre el Cristo de la fe y el Cristo de la historia», concluye.