A los ocho años, Jeremías encontró en una aguja, hilos y paciencia una forma de nombrarse: bordador. Luego de todo este tiempo, Jeremías May Cobá, “Mío” o “Jheremi”, nombre completo y sobrenombres de este joven de San José Oriente, Hoctún, mantiene la misma ilusión y dedica su vida al bordado de punto de cruz —un arte tradicionalmente asociado con mujeres— mostrando con cada obra que el arte no entiende de géneros.

Una noche vi a mi mamá bordar y me quedé mirándola. Ella dejaba su trabajo en la hamaca; por curiosidad tomé la aguja y un hilo y empecé a practicar. Al principio ella me corrigió y me enseñó la forma indicada. Fueron varias noches de intentar hasta que lo aprendí. Desde entonces me atrapó la sensación de crear con las manos.

Mi familia y la comunidad han sido fundamenta

See Full Page