La noche del sábado se convirtió en la más devastadora desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania. Una oleada de drones y misiles alcanzó la capital, Kiev, y dejó un saldo de al menos dos muertos y 18 heridos, según las primeras confirmaciones oficiales. Entre las víctimas fatales se encontraban una mujer y un bebé de tres meses.
El estruendo de las explosiones resonó en distintos barrios de la ciudad mientras las defensas antiaéreas intentaban contener la ofensiva. Aunque lograron derribar cientos de aparatos, más de medio centenar de drones kamikazes y nueve misiles lograron perforar el escudo ucraniano y provocaron daños en 37 objetivos distintos. Otras ocho zonas sufrieron destrucción por los fragmentos que se esparcieron tras las intercepciones.
La magnitud del ataque obligó a los