Una camisa blanca impecable puede ser peligrosa. Parece invitar a un chorro de kétchup, a un chorrito de sopa o a una salpicadura de mantequilla. Ponerse una es depositar la esperanza en un proceso de lavado intensivo —o costoso— que quizá ni siquiera funcione.

Afortunadamente, este es un problema que los científicos han estado considerando desde que los blancos son brillantes. Y un gran avance podría estar en camino: según un estudio publicado esta semana en la revista ACS Sustainable Chemistry and Engineering, la luz azul intensa puede eliminar esas antiestéticas manchas y salpicaduras.

“Nos sorprendió la eficacia del proceso”, afirmó Tomohiro Sugahara, investigador de Asahi Kasei Corporation en Japón y autor del estudio. “Fue especialmente impactante ver su eficacia al tratar el amari

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