Cada vez más turistas europeos están cambiando sus hábitos de viaje y aplazando las vacaciones de verano hasta septiembre , un mes que se está consolidando como la nueva temporada alta. La tendencia responde tanto a motivos económicos —los precios de hoteles, vuelos y alquileres de coche caen significativamente respecto a julio y agosto— como a factores de comodidad , ya que permite evitar la masificación de destinos populares y escapar de las olas de calor que marcan los meses centrales del verano. Con descuentos que pueden alcanzar hasta el 25% de media en el alojamiento y ventajas adicionales en transporte y restauración, septiembre se presenta como una alternativa que combina ahorro, tranquilidad y temperaturas más agradables, al tiempo que favorece la desestacionalización d
El turismo en septiembre gana terreno por el ahorro y el descanso de la masificación
132