Juan Carlos Guardela Vásquez
Aclaro desde el inicio: no soy un adorador de la izquierda ni un defensor de la derecha. He mantenido una postura crítica frente a los errores y contradicciones del actual gobierno, que son muchos y evidentes. Tampoco me dejo seducir por los discursos fáciles de los sectores más radicales. Este texto no pretende idealizar a nadie: busca señalar dos figuras que, cada una a su manera, revelan las fisuras más hondas de nuestra sociedad.
Por un lado, está el “facho pobre”, un ser atrapado entre la nostalgia de la esperanza y la sombra del miedo. Habita la precariedad, pero ofrece una sonrisa sumisa al patrón, convencido de que la obediencia y el silencio le abrirán las puertas de un mundo que nunca fue suyo. En esa espera ilusoria defiende con fervor los privileg