Iniciar una rutina de ejercicio puede ser un reto, sobre todo al elegir por dónde empezar. Entre las opciones más populares están correr, nadar y andar en bicicleta, tres disciplinas que destacan por sus beneficios para la salud y por la facilidad con la que se pueden adaptar a distintos niveles.

Correr: accesible y sencillo

Es la alternativa más inmediata, ya que solo requiere ropa cómoda y unas zapatillas adecuadas. Permite mejorar la resistencia cardiovascular y ayuda a mantener un estilo de vida activo. Sin embargo, puede resultar exigente para las articulaciones si se comienza con demasiada intensidad .

Nadar: completo y de bajo impacto

La natación trabaja casi todos los grupos musculares y, al realizarse en el agua, reduce el impacto en las rodillas y tobillos. Es una buena

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