El Gobierno Nacional, a través de la Superintendencia Nacional de Salud, ha decidido devolver la administración de la EPS Sanitas a sus dueños originales.

La medida revierte la intervención que había sido ordenada en el mes de abril de este año, y marca un giro inesperado en la política de control sobre las entidades de salud en Colombia.

La Superintendencia había justificado su intervención en la grave situación financiera de Sanitas, argumentando un pasivo acumulado y deudas con hospitales y clínicas que superaban los 2 billones de pesos. Según el Gobierno, la mala situación económica de la EPS ponía en riesgo la prestación de servicios a sus más de 5.7 millones de afiliados.

Sin embargo, tras una serie de recursos legales interpuestos por los dueños de la EPS y una revaluación de las

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