Desde los 90 ha existido una conexión directa entre el cine bélico y los videojuegos basados en contiendas militares. O, más concretamente, entre la obra de Steven Spielberg y una franquicia enormemente longeva de Activision como es Call of Duty. El estreno en 1998 de Salvar al soldado Ryan supuso tal conmoción cultural que Spielberg no pudo resistirse a exportar su estilo en un videojuego relacionado, Medal of Honor (contando con su sello como productor). Y es justamente aquel Medal of Honor, que tanto se esforzaba en recrear el desembarco de Normandía de Salvar al soldado Ryan, el embrión de Call of Duty.

Call of Duty, como sabemos, se ha expandido en numerosas entregas más allá de la Segunda Guerra Mundial, llegando a proponer enfrentamientos de ciencia ficción especulativa en función

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