Con la máscara bien puesta y lista para escuchar, la funcionaria recorrió la comunidad para supervisar la infraestructura y recoger las demandas de los habitantes, prometiendo canalizarlas a las dependencias correspondientes. No hubo evasivas: la visita fue cuerpo a cuerpo y sin patadas bajas.
En un verdadero match de supervisión, se revisó el parque principal donde se acordó gestionar el retiro de árboles caídos, el mantenimiento de juegos infantiles, la reposición de cercas y hasta el relleno de albercas en desuso.
“Esta visita nos permite identificar necesidades reales y darle seguimiento cabrón a las carencias de nuestras comunidades”, declaró Franco, sudando la camiseta y sin soltar la llave.
También se checaron obras en curso, como el Salón de Usos Múltiples en El Vallecillo y la