La posibilidad de una salida negociada a la guerra entre Rusia y Ucrania parece cada día más lejana. La intensidad de las operaciones militares termina imponiéndose a los esfuerzos de mediación política, sobre todo a la impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Una prueba de ello se registró el fin de semana cuando las tropas rusas lanzaron la mayor ofensiva aérea desde comienzos de 2022, cuando arrancó esta guerra con la invasión de las fuerzas de Vladímir Putin sobre la vecina nación.
Aunque las imágenes virales ayer fueron las del ataque a la sede del Gobierno de Volodímir Zelenski, en Kiev, lo cierto es que la andanada tuvo mayor intensidad, incluyendo trece misiles y alrededor de 800 drones lanzados por Rusia.
Para algunos analistas, lo que estaría quedando claro